Para los aventureros del mar y aficionados al submarismo, acceder a este agujero en las profundidades del agua marina es un reto en el que pueden descargar grandes dosis de adrenalina.
El Dean’s Blue Hole tiene entre 25 y 35 metros de diámetro en los 20 primeros metros desde la superficie. A partir de esta distancia se ensancha hasta alcanzar unos 100 metros de diámetro convirtiendo el agujero en una auténtica cueva submarina con forma de embudo. La profundidad total de este agujero azul es de 202 metros.
La forma de embudo de este singular enclave da lugar a un fenómeno único. Cuando hay marea se produce una cascada de arena que cae por el embudo, a modo de reloj de arena, formando una especie de neblina bajo el mar.
Los agujeros azules o cuevas verticales se formaron en la era glacial, hace unos quince mil años, a causa de la percolación del agua de lluvia que penetraba en las rocas calizas.
En 1942, cuando Cristóbal Colón y los colonizadores españoles llegaron a América, las primeras tierras que vieron fueron las de estas playas. Hoy en día no han sucumbido a la explotación turística y sigue siendo un lugar virgen donde disfrutar de la naturaleza.
Cómo llegar a Dean’s Blue Hole
Si deseas vivir una inmersión inigualable, te tienes que desplazar hasta la isla de Long Island en Las Bahamas: a unos 15 km al sudoeste se encuentra tu objetivo. El lugar se ubica en una zona solitaria sin grandes poblaciones. Por ello, para llegar hasta allí, hay que alquilar un vehículo. La localidad más cercana es Clearence Town.
El cineasta especialista en la vida submarina, Daan Verhoeven, es un gran conocedor de este agujero azul y ha filmado grandes momentos de su interior.