Si buscas un destino tranquilo donde no te moleste nada ni nadie, te recomendamos la isla de Lord Howe. Éste es un destino donde es altamente improbable que te encuentres con alguien conocido.

Esta isla del continente australiano, con playas de arena blanca, mide 11 kilómetros de largo y 2.8 kilómetros de ancho. Con su formación de media luna envuelve un lago de aguas azules y el arrecife de coral más meridional del mundo.

Forma parte de un conjunto de islas, todas ellas de origen volcánico. Por su gran belleza y su biodiversidad, el grupo de islas fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982. 

La isla de Lord Howe está situada en Nueva Gales del Sur, en el mar de Tasmania. Es un lugar con todos los ingredientes  para desconectar de la civilización que nos rodea habitualmente. Los teléfonos móviles no tienen cobertura, con lo que no nos queda más remedio que disfrutar del entorno sin interferencias tecnológicas. En la isla funciona el “numerus clausus”, no se admiten más de 400 personas a la vez (aparte de sus habitantes).

El medio de transporte más utilizado y recomendado es la bicicleta. Su utilización nos permite disfrutar del paisaje en todo su esplendor.

En la isla viven durante todo el año unos 300 habitantes. Hay una pequeña localidad con una única calle, carece de edificios de gran altura, pero dispone de restaurantes, un pintoresco campo de golf, spas y hoteles de lujo, con los que podemos completar una cómoda estancia vacacional. 

Qué hacer en Lord Howe Island

En la isla de Lord Howe se pueden practicar todas las actividades que nos ofrece el medio natural: actividades acuáticas, entre las que destacamos la práctica de snorkel en su arrecife de coral y el buceo con la posibilidad de compartir las profundidades del mar con peces de múltiples colores, corales y tortugas verdes. También la isla nos ofrece oportunidades para la práctica del surf y de la pesca. En la playa de Ned’s Beach, cuando baja la marea, se puede dar de comer a los peces.

Las excursiones para conocer la isla nos pueden llevar a las cumbres volcánicas del monte Lidgbird (777 metros) y del monte Gowe (875 metros). Para acceder a éste último, hay una excursión guiada de un día, una caminata nos conducirá hasta lo alto y, una vez allí, se podrá escalar la cima del monte. 

No hay que perderse el paseo entre palmeras Kentia, que nos llevarán a Malabar Hill, donde los acantilados se adentran en el océano invadiendo sus aguas. En Transit Hill se pueden admirar las mejores panorámicas de la isla y, continuando en el mismo camino, podemos llegar hasta la playa Blinky Beach, conocida por los habitantes del lugar como “surf champagne”.

También se puede visitar alguna de las islas cercanas como la Pirámide de Ball, islote rocoso que se formó a partir de los restos de un volcán erosionado. Este islote está situado a 16 km de Lord Howe Island.

Cómo llegar

Se puede acceder en avión, desde Sydney o Brisbane. El vuelo tiene una duración de dos horas. En la web oficial de la isla puedes encontrar más información acerca de su accesibilidad.

La zona no se libra de las amenazas del cambio climático.

El aumento de la temperatura afecta a la flora y la fauna del lugar, sobre todo en el hábitat del monte Gower, ya que no hay posibilidad de emigrar a zonas más elevadas.

En la isla habitan unas 64 especies autóctonas de plantas angiospermas y más de 30 aves, algunas de ellas en peligro de extinción como el “rascón”, ave no voladora autóctona de la isla.

Desafortunadamente, los arrecifes también están amenazados por el cambio climático.